A veces es difícil. Hay gente que me dice que me debo dedicar a una sola cosa, que debería definir mis intereses y hacerlos monoliticos, estáticos. Los que me conocen saben que no soy solo dibujante. De hecho, soy ingeniero en computación y trabajo con código todo el día.
Pero no puedo evitar la pulsión de agarrar un lápiz y trazar lo que se me viene a la cabeza. Es curioso cómo cada cosa que pasa en mi día a día se mezcla en estas dos almas de mi vida, la lógica y la plástica,
Al final, puede ser que todo sea creatividad: la sutil belleza de un algoritmo fluido, o el impacto instantáneo de una imagen potente. La vida con sus matices.